El artículo estudiado es un análisis descriptivo y documental de los diversos enfoques y teorías en torno a la seguridad social. El estudio se realiza en los 2 últimos periodos gubernamentales, tomando en consideración la crisis del estado de Bienestar, el cual es entendido como el estado en donde los beneficios para todas las carencias son provistos, para todos los individuos de un país por parte del gobierno, siendo este desarrollado en unas especificas condiciones económicas, sociales, políticas e ideológicas; esta crisis comienza debido a que los estados de bienestar en América Latina se desarrollaron en condiciones que han cambiado profundamente.
El estado de Bienestar cayó en una etapa de agotamiento político desde los años 70 por diversas causas con lo cual se hizo necesario que el capitalismo iniciase la restructuración de sus economías generando la globalización de las actividades económicas, la flexibilidad organizativa y un mayor poder de las empresas en relación con los trabajadores.
Junto a la crisis del capitalismo también llega el agotamiento del modelo productivo. Se altera la relación laboral y se suman otros aspectos como la desestabilización en la generación de empleo y la presión fiscal.
Esta situación crea las condiciones necesarias para el auge del neoliberalismo basado en el individualismo y que se expresa en sus ideas de disminución de la intervención estatal y las ventajas de la libre competencia.
Venezuela no escapa a esta realidad, y se encuentra inmersa en una situación de pobreza propia del subdesarrollo, siendo su aparato productivo incapaz de satisfacer las demandas de empleo productivo bien remunerado por parte de las mayorías de la población, lo cual genera como consecuencia las políticas de industrialización por sustitución de importaciones, trayendo entre otras los siguientes efectos:
1. Aumento de Importación que no aumentaron el progreso de la industrialización de producción.
2. Industrialización de ensamblaje la cual tiende a generar poco empleo.
3. Distorsión territorial que aumenta la migración.
4. Salida de capitales por los cuantiosos pagos de patentes por las compañías transnacionales.
5. Alta capacidad ociosa generando un sector industrial altamente ineficiente.
6. Carácter oligopólico y monopólico generando unos cuantos grupos económicos poseedores de inmensas riquezas.
Situación esta que consolidará el modelo rentístico petrolero, el chal ha hecho que en las últimas décadas la condición de pobreza se haya agudizado al acelerarse el deterioro en las condiciones de vida de la población hasta llegar al punto que los seguros sociales solo abarcan a cubrir un 20 o 30% de la población económicamente activa con lo que se observa una necesidad de realizar una reforma en la misma.
Numerosas y constantes han sido las quejas de los asegurados durante muchos años, pues el seguro social no ha funcionado correctamente y solo ha servido de fuente de corrupción a quienes han ostentado el poder.
Esta situación trajo consigo 2 puntos de vista diferente para solventar el problema:
En primer lugar en el año 1996, durante el gobierno del presidente Rafael Caldera, se plantea la restructuración del seguro social, mediante una reforma que pretendía privatizar todas las acciones del seguro social. Reforma muy criticada por el actual gobierno y que fue totalmente derogada planteando en segundo lugar una reforma estatista que no ha tomado el parecer de todos los miembros de la comisión tripartita sugerida por la OIT, la cual recarga en el estado la mayor parte de los costos y no permite la intromisión de ningún ente privado.
A título muy personal, es importante aclarar que aunque son muchas las consideraciones y objeciones que según el artículo tiene la actual ley de seguro social, son muchos los venezolanos que actualmente cuentan con este beneficio, el cual tal vez se ha obtenido por vía de la corrupción, pero que sin embargo, contribuye a mejorar las condiciones de vida de personas desposeídas.